socialmente importante...

Cuando estaba en el 2do grado, mi madre descubrió que había prestado a alguien un lápiz o una hoja (no lo recuerdo), y me había retado sin cesar sobre lo malo que era eso; TODO el mundo se prestaba lápices y hojas, entonces porqué era incorrecto que YO lo haga? Ella me dijo que que el papel y los lápices eran muy costosos, y por esto no debía prestarlos; ella me mandó que desde entonces, siempre que me pidieran prestado algun útil, debia contestar: "Mi mamá pagó estas cosas; y tu mamá deberia pagar por tus lápices/hojas, no mi mamá. Asi ke decile a tu mamá ke te compre las cosas ke necesitas para la escuela, porq mi mamá no va a pagar por tus lápices/hojas"
Si, mi mamá es asi de retorcida; pueden imaginarse el asombro de mis compañeros ante tal discurso. y el daño ke me produjo a mi, casi la paria del curso por ser tan estudiosa y timida.
Mas adelante, en la secundaria: a pesar de haber abandonado el discurso de "mi mamá", continué siguiendo sus ordenes y tampoco prestaba mis utiles. SABÍA que cada uno tenía un montón de papel y de lápices propios, pero continuaban esa danza de pedir y dar prestado hasta ke pronto me kedo claro ke era socialmente IMPORTANTE prestar y pedir útiles escolares. Así fue que, a pesar de cada aspecto de mi vida que todavía abisagraba en los caprichos de mi madre (no tenía ningún $, ningún transporte con excepción de ser conducido, y ninguna libertad de la acción o de la opción), me planté y me dije que que me negaba a continuar no prestando/pidiendo prestado, dado ke los lápices/hojas eran baratos y ella deberia sacrificar algunos centavos al año para evitarme parecer una estupida frente a mis compañeros.
Ella me martilló implacablemente. Su mente enferma ideó una tentativa final: ella, la mas tacaña,gastó $ en una estampilla con mis iniciales, y me mandaron estampar cada hoja del papel en mi carpeta, de modo que mis compañeros “recordaran de quién había venido el papel”; las discusiones de que esto no la ahorraría un peso, y serían una pérdida de tiempo y esfuerzo completa, no sirvieron para nada. Gracias a Dios, esta locura no duró mucho; alguien a quien le habia prestado una hoja (por por este tiempo era un pleno participante en el extraño juego) tomó el papel detrás y le escribio sus iniciales en la esquina superior imitando mi papel estampado antes de devolvermela; esto me dio el ímpetu para rechazar el estampar… y desde entonces presto útiles como un ser humano normal.